‘El Ico’ declara como imputado por sus mentiras durante el ‘caso Cursach’
El hijo de ‘la Paca’ se excusa en su elevado consumo de droga cuando señalaba a policías.
El Ico’ volvió a declarar por el ‘caso Cursach’. Esta vez como imputado en el Juzgado de Instrucción 1 de Palma. Es el primero de los testigos clave de la fallida macro causa que tiene que comparecer por un posible delito de falso testimonio durante la instrucción.
El hijo de ‘la Paca’ compareció a través de una videoconferencia desde la cárcel de la Península en la que se encuentra ahora. Rechazó responder a preguntas de las acusaciones y solo lo hizo a su abogada. Señaló que, durante el tiempo en el que declaró en una decena de ocasiones ante el juez Manuel Penalva, el fiscal Miguel Ángel Subirán y los agentes del Grupo de Blanqueo, consumía una gran cantidad de estupefacientes. También que no sabe ni escribir ni leer, por lo que no revisaba sus declaraciones. Poco más.
La investigación a ‘El Ico’ parte de la querella que interpuso un agente de la Policía Local de Palma que estuvo sesenta días en prisión preventiva sólo por declaraciones de este testigo. Más tarde fue archivada toda la investigación para él y nunca ha sido acusado formalmente.
En torno a este agente, los informes policiales que han investigado la actuación de Penalva y Subirán, aprecian indicios de que ‘El Ico’ fue manipulado para forzar su prisión. Durante las primeras declaraciones del entonces testigo estrella, en el año 2015, apenas identifica al agente. Sin embargo, después de que este dirigiera un escrito a sus superiores quejándose de la actuación de Subirán, se multiplican las alusiones en su contra por parte del narcotraficante y por otro testigo protegido, el 16, que también ha declarado como investigado en esta causa.
La denuncia que ahora se investiga pone el acento en el careo que el juez Penalva ordenó entre el agente y ‘El Ico’. El día antes habían descartado que existiera motivos para detenerlo. Sin embargo, tras el careo se ordenó su ingreso en prisión preventiva. En los mensajes que cruzaban juez y fiscal se tildaba al agente de «listillo» o «anormal».
Además, los informes policiales ponen de manifiesto que se estiró la prisión preventiva en base a unas supuestas amenazas a otro policía local que también estuvo en prisión. El problema es que los dos agentes no llegaron a coincidir jamás en el centro penitenciario de Palma.